Es muy deprimente ver como permito que el diario de mi adolescencia se caiga abajo. Pasa que los blogs íntimos me resultan para personas que tienen intimidad, y soy del tipo de gente que tira mas a libro abierto. Ojo, que no a todo el mundo, pero a la gente que quiero y con la gente con la que me involucro, generalmente hablo las cosas en vez de quedármelas para mí (no siempre es algo bueno, la verdad).
Y en realidad, tampoco me gusta mucho escribir, sé porque me conozco, que generalmente me da mucha vergüenza releer lo que escribo. Y cada año me avergüenza más, porque las Lulas que escribían las entradas anteriores ya no existen, y las nuevas Lulas son cada vez más exigentes, y no quiero decepcionarlas. Entonces, generalmente. bueno, más bien el 95% del tiempo; decoro lo que escribo para dar un tono más poético y sentimental a la cosa. E internamente más o menos sé que lo hago, aunque no sé bien en qué, porque tengo siempre un quilombo en la cabeza y me cuesta diferenciar cuándo digo todo transparente a cuando no.
Y decorar es modificar la historia real para que tenga un mejor aspecto, y para mí, eso, es mentir. Así que voy a intentar no hacerlo.
Igual, es un poco más difícil cuando el blog es algo público.
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