miércoles, 28 de junio de 2023

Descenso (permitido) a la locura

Por qué hago del proceso romántico una agonía? cuando enamorarse es tan lindo. Bueno, quizas todavía ese nombre le queda muy grande; infatuación, limerencia, ponele el nombre que quieras. A veces me pasa que cuando la paso lindo con alguien y me siento cómoda, me encanta demasiado. 

Decidí que no va a ser un proceso doloroso esta vez. Sé, además, que cuando no siento nada, me consume un vacío existencial. No me encanta, tampoco, que para sentirme viva necesito estar atravesada por otra persona (prueba escrita de todo esto es este mismo blog, que registra todo mi caos amoroso desde mis 13 años). Pero no puedo negar, tampoco, que lo estoy disfrutando. El problema es que estoy en un momento de demasiada autocrítica y autoanálisis, necesito racionalizar todo y en la sistematización y estudio comparado de casos me sesgo con mi autoconcepción de que todo lo que hago, digo y soy está mal. y tengo la tendencia a convertir un escrito que iba a ser alegre en un bajon, como ahora mismo. 

Racionalizandolo pienso tambien, que este caso es distinto. A ella la conozco desde mis 18, eramos otras personas. Pero vi su vida por redes sociales y ella vio la mía, así que nunca se sintió demasiado lejos. Con ella nunca se llegó a más por cuestiones de la vida, pero nunca terminó todo mal. Quizás nunca terminó. No sé si tampoco empezó, pero se siente algo distinto. 

No me canso de ver su cara, por ejemplo. Reproduzco en mi cerebro al menos 10 veces al día su voz, su elocuencia, su perfume, como se sentian sus abrazos. Me gusta tenerla cerca, me gusta como me agarra con delicadeza, me gusta escucharla hablar. Me gusta su confianza, su talento. Me gusta que tenga tantos sueños. 

Me gusta estar reproduciendo mis plantitas para regalarle macetitas de aromáticas, sé que le gustaría mucho porque tuvo que regalar sus plantas cuando se mudó. Me gusta fantasear casamiento aunque solo vayamos una cita. Bueno, vamos muchas más, pero nos entendemos. 

Me gusta que el querer estar a su altura me haga querer ser mejor. 

Me gusta que no me hable seguido, pero esté presente con likes y respuestas. Siento que si le propongo de vernos ella me va a decir automáticamente que sí. Me gusta fantasear citas. Me gusta haberme olvidado mi cepillo de dientes cuando fui a su casa porque me tuve que comprar uno, asi que cuando me lavo los dientes pienso en ella. 

Me gustan los flashbacks sexuales. Quizas ni siquiera sexuales, más de tacto, cuando me agarró desde atrás y me dio un beso en el cuello mientras lavaba los platos. Ay, si pudiera explicar esta sensación. Lo describo siempre como algo primitivo, pero porque no le encuentro explicación  a por qué algunas personas en particular me pueden hacer sentir así de viva.

Me gusta mucho ella, quiero hablar de ella todo el día. O mejor estar con ella todo el día. No lo haría, por supuesto, mas que nada por ella, no quiero que se canse de tenerme cerca, hay que dejar lugar a ganas de más. Personalmente, yo me fui con muchas de esas. 

Me gusta mucho quedarme mirando sus fotos, viendo sus videos para escuchar su voz. 

Me gusta un poco enloquecer, me hace escribir todas estas joyitas que a las semanas releo y digo wtf. Soy así, enamoradiza, o al menos así mis papás me describieron en un video que pasaron en la fiesta de egresados de primaria. En su momento me enojé por el momento vergonzoso, pero tenían razón: a mí el amor me motoriza,  es un coctel de adrenalina, miedo, esperanzas, fantasías, desesperación; un coctel que me deja quebrada en una esquina cada vez que lo tomo pero tambien hace que la musica suene con mas acustica, que quiera intentar escribir poesía, o al menos que llene cuadernos intentando entenderme, calmarme, orientarme en este camino trastornado de sentir mucho, muchisimo, demasiado. 

Sentir todo me hace sentir viva, y por más agotador, tortuoso e incierto que sea lo elijo siempre antes que no sentir nada.

Así que sí, lo  estoy disfrutando.